jueves, 13 de mayo de 2010

11.- Ian Bardelli: Vida complicada

No dejaba de darle vueltas a las palabras de Jake. ¿Y a él qué más le daba si quería estar con Bexx? Cierto que muchas veces las relaciones entre los miembros de un grupo habían terminado, como mínimo, con la marcha de alguno de los dos cuando lo dejaban, pero siempre tenía que haber una excepción que confirmase la regla, estaba seguro. Sin embargo, tenía que darle la razón en una cosa: no había contado nada a Bexx sobre mi familia ni nada por el estilo, pero claro, ella tampoco lo había hecho; yo sabía lo que escondía y por qué lo hacía, al fin y al cabo no es agradable saber que los padres de tu "novio" discuten día sí y día no con todo lo que eso acarrea, pero, ¿qué había en su vida que tuviera que callar?
Suspiré.Odiaba comer en el McDonald's desde que de pequeño me pasé una noche entera vomitando; yo lo asocié con su comida, pero la verdad es que cuando salí, me hinché a chuches. Y aquí estaba, con una minihamburguesa que en el cartel debe de estar a tamaño real, aunque no lo pongan, esperando a que empezase mi turno. Sí, trabaja en uno de los sitios que menos me gustan..., pero es que cuando se necesita el dinero se pilla cualquier oportunidad legal que te permita ganarlo.
El móvil comenzó a vibrarme en el bolsillo del pantalón cuando estaba dando vueltas aburrido a las patatas.
-¡Hola, Ian!
-Hola, ángel...-Era Bexx.
-Acaban de salir las últimas notas del curso.-Hizo una pausa, seguro que para intentar ocultar, sin éxito, su emoción.- ¡He sacado la segunda mejor nota de la calse! No me preguntes cómo, porque ni yo lo sé, pero lo he hecho.
-Enhorabuena. Entonces, ¿eso quiere decir que ya podré verte más a menudo?
-Ajá.- Asintió.- Además, quiero que me digas cómo me queda algo que me he comprado...
Sabía lo que eso significaba y, por alguna extraña razón que se me escapaba, no me entusiasmaba demasiado.
-Bexx, ni siquiera nos hemos enrollado y ya quieres..., ya sabes.- No era plan se que todo el mundo se enterara de que mi no-novia quería llevarme a la cama.
Su risa alegre se oyó al otro lado del teléfono.
-Sí, tienes razón. Pero prométeme que no tardaremos, ¿vale?-El tono inocente de su voz no concordaba nada con la proposición que me hacía.
-Claro que sí. Esto, Bexx, te tengo que dejar porque empiezo ya a trabajar. Un beso donde tú quieras, guapa.
-Otro para ti, cielo.- Y con un sonoro beso colgó.
¿Me había llamado cielo? ¡Oh, Dios mío!
No quise pensar en ello mientras trabajaba, no fuese que diera mal los pedido y me viera de patitas en la calle. Odiaba este trabajo, era de lo peor que me podía haber tocado; sin embargo era la opción más segura, no quería que Franky también me perdiera a mí por una locura como esta.
De nuevo el móvil, esta vez, un mensaje:
"Tengo algo que es posible que te interese. Mándame la respuesta a este móvil, creo que me investigan."
Me paré a pensarlo. Me había prometido unos 500$ por noche si hacía bien mi trabajo, y la verdad es que cada vez me hacía más falta el dinero... No, no iba a convertirme en esa clase de persona.
"Lo siento, no voy a hacerlo."
Apagué el móvil, no quería que el dinero fácil me tentase, o al menos, no que terminase de convencerme. Mucha gente me necesitaba libre, no en la cárcel o en el otro barrio con un par de tiros en la cabeza.

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