miércoles, 10 de noviembre de 2010

22.- Jake Carter: LLamada

Pii... Pii... Pii...
-¿Diga? ¿Diga? ¿Quién es?
Colgué, no podía hablar con mi madre.
Mierda, no podía volver a enfrentarme a ella después de tantos días, aunque fuera por teléfono.
Joder, no, tenía que hacerlo. Y volví a marcar.
Pii... Pii...
-¿Si? ¿Quién es? ¿Es la misma persona que llamó antes? Oiga, si esto es una broma...
Colgué de nuevo. La dije cosas que no debía haberle dicho, tenía que haber callado como llevaba callando desde entonces.
Uno, dos, tres... Respiré profundamente. Cuatro, cinco, seis... Miré a mi alrededor, no fuera que alguien necesitase de verdad la cabina. Siete, ocho, nueve... Miré la foto de la cartera, ¿por qué seguía teniendo la foto de mi tercer cumpleaños en la que salía con mis padres? Va, yo que sé, seguramente por la pereza que me daba quitarla. Diez... Venga ahora sí que sí, tenía que hablar.
Pii...
- Mira, hijo de puta, o me dices qué quieres o te juro que te arrepentirás de estar llamándome y colgándome, maldito...
-Mamá, soy yo, Jake.- Casi escupí.
-¿Jake?- La sorpresa de mi madre era manifiesta- ¿Has sido tú todo este tiempo?
-Sí, es que...
-Serás...- Iba a insultarme de alguna forma, normal, yo lo haría en su lugar, pero en vez de eso me dijo.- Vuelve a casa, te echamos de menos.
-No creo que sea lo mejor. Con vosotros las cosas cada vez están peor, no tengo trabajo, mi mejor amigo a saber dónde está, su hermano al final conseguirá que yo también me hunda en la mierda...
-Ian ha vuelto, y también está muy preocupado por ti, al igual que los otros chicos de la banda.
-¿Ian ha vuelto?- Repetí incrédulo.
Mi madre me contó todo lo que sabía sobre el juicio y lo que había estado haciendo mi amigo. Me sorprendió que no me dijera nada por preocuparme más por Ian que por ella y mi padre. Pensándolo bien, no era tan extraño, sabía de sobra que si no fuera por él seguramente hubiese acabado en algún callejón con una paliza encima más pronto que tarde.
Hablamos un rato más, pero pronto se me acabó el crédito. Por una parte quería volver, parecía que todo volvería a ser más o menos como antes, pero por otro... Sabía que era imposible, pues ahora existía una rubia por medio. Y yo estaba con Tyra cerca de Malibú.