viernes, 16 de abril de 2010

8.- Bexx Livesey: ¿Un comienzo?

Josh llamó a la puerta. ¿Y si no había nadie? Todo estaba muy tranquilo y se suponía que Jake e Ian nos estaban esperando. Ninguna respuesta tampoco a la segunda llamada.
-Genial no hemos hecho un viaje de casi 9 horas seguidas en coche para nada. Espero que estés contenta, hermanita.- Me recriminó.
Le lancé una mirada asesina. ¿De qué se quejaba tanto? Había sido yo la que había conducido mientras él roncaba con la baba colgando. Suspiré, mi hermano era tan corto que no se daba cuenta del significado de mis miradas.
Llamé una tercera vez, con tan mala suerte que me abrió Jake. Sí, he dicho mala cuando ese era el resultado que esperaba.
-¿Me quieres quemar el timbre o qué, maldita niña?- He aquí el porqué de mi expresión.
-¿Y tú pretendes ser músico si ni siquiera escuchas el timbre de tu casa?
Josh, con el don de la oportunidad que le caracterizaba, se rió. En un principio creí que Jake le contestaría de mala manera, como mínimo, pero luego también él se rió. Hombres... Quién les entiende...
Tardamos bastante en ponernos a trabajar, aparte de porque Ian estaba desaparecido (lo cual me entristeció un poco, ya que era el único que estaba de mi lado en el grupo), porque Jake y Josh tenían el día tonto y querían experimentar nuevos sabores, como el de emparedado en pan de ajo con crema de cacahuetes y queso fundido. ¡Puag! Casi vomito cuando lo vi. En aquel momento recordé una frase que alguien apuntó en mi agenda del último curso de instituto: Las niñas crecen y se convierten en mujeres, pero los niños crecen y se convierten en niños grandes.
Como estaban tan preocupados en realizar el potingue más asqueroso posible, no se dieron cuenta de que me fui de la cocina y me dirigí al garaje para tocar un poco. Me disponía a sacar a Strawberry cuando algo llamó mi atención poderosamente: la guitarra de Ian. Si la guitarra estaba allí, sólo podía significar que él también estaba allí, pues nunca se separaba de ella ni la dejaba olvidada en ningún sitio. ¿Entonces por qué no aparecía? Cada vez estaba más confundida.
La cogí con un poco de miedo, no sabía cómo se tomaría que tocase con ella.
Unas notas suaves comenzaron a salir de un altavoz cercano. Una melodía melancólica, recuerdo de una historia pasada, resultado de todos aquellos momentos que pasamos juntos...
-...Maybe you don't listen to my words in your memory... But I remember all yours...
De pronto, como si se tratase de una broma pesada, alguien me dijo las mismas palabras que aquel recuerdo me dijo la primera vez que me vio, desconcentrándome por completo.
-Bexx, eres una caja de sorpresas.
Me di la vuelta, y allí estaba, la última persona con la que sería incapaz de cabrearme, al menos por el momento.
-Lo siento, no debí cogerte la guitarra...- Fue lo único que me salió.
-¿Bromeas? Si no lo hubieras hecho, jamás me habría enterado de que cantas tan bien. ¿De quién es la canción? Es muy buena.
Noté como me sonrojaba cuando admití que era mía, siempre me había dado vergüenza recibir cumplidos por ese tipo de cosas. Y ahí empezó el interrogatorio: que por qué no había dicho nada de que cantaba, que tendría que hacer un dúo con Jake, que si podía escribir más canciones para el grupo... Sin embargo me negué en rotundo a realizar más funciones en el grupo que la de tocar el bajo. Una vez vi en un documental que a los machos alfas de las manadas no les hacía gracia tener competencia, y Jake era "nuestro macho alfa".
Nos quedamos en silencio, hasta que caí en la cuenta:
-¿Y tú dónde has estado?
Se lo pensó un rato, pero terminó contestando con una sonrisa dulce en los labio:
-Soñando con ángeles como tú.

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