viernes, 18 de junio de 2010

14.- Jake Carter: Sorpresa

Era el día. Creí que nunca llegaría, y menos después de lo ocurrido en los últimos días. Sin embargo, la gente es capaz de sorprenderte, y es que ni Bexx ni Ian faltaron una sola vez a los ensayos. Era extraño, apenas se miraban, pero conectaban perfectamente.
Un tío negro, tan grande como un armario de dos puertas y media, saludó a Ian amistosamente. La verdad es que Darious siempre me ha dado respeto, por mucho que le conociese y supiese que era un tío cojonudo.
-Ian, ya sabes lo que dijo el de arriba- Le dijo señalando a unas escaleras que llevaban al despacho del director de la sala.- Si no teníais un grupo en condiciones, no os dejaría actuar.
Ian señaló con la cabeza a Bexx y a Josh, que acababan de llegar y miraban todo con curiosidad. Un silbido salió de la boca de Darious nada más ver a la rubia.
-En cuanto vea a la chica os dejará actuar sin pensárselo dos veces.
Ambos se echaron a reir, llamando la atención de Bexx, que puso mala cara. En el fondo me dada un poco de pena, tenía que ir enseñando tal vez demasiado y eso no le molaba nada.
Después de hablar un rato con el señor Kellerman, conseguí que nos viera tocar una canción. Su cara era un mensaje indescifrable: le gustábamos, pero no tanto como para darnos una oportunidad, ¿o igual sí?, no sé, no sé... Frunció el ceño y resopló. ¿Y ahora cómo iba a explicar a los mellizos que no podríamos tocar? ¿Y yo qué iba a hacer? El horizonte soleado que se me había estado dibujando se cubrió de nubarrones negro de golpe.
-Está bien, tocad.- Dijo al fin el señor Kellerman.- Total, nos han fallado el segundo grupo... ¿Por qué no ibais a reemplazarles?
De nuevo el Sol brilló.
Ensayamos hasta que llegaron el resto de grupos. Madre...Había de todos los estilos musicales.
Una vez dejamos todo preparado, nos fuimos a cambiar. Los tíos íbamos bastante normales, todos con vaqueros más o menos oscuros y luego, Josh, con una una camiseta de manga corta azul oscura, Ian, con una de tirantes negra y yo, con otra negra pero de manga corta con el dibujo de una calavera medio desteñida. Bexx salió del baño, donde se estaba preparando, y un asombro general recorrió la pequeña sala que nos había tocado: pelo alborotado, camiseta palabra de honor a rayas granates y negras, shorts negros, cinturón de pinchos y converses negras altas de estas de edición limitada que sólo tienen 4 en todo el mundo; si a todo esto le añades su maquillaje, resaltando esos preciosos ojos azules que tiene, se la podría describir en una palabra: sexy.
-Cerrad ya la boca, que parece que nunca habíais visto una tía.- Nos soltó acompañándose de una mirada desafiante.
Qué carácter tenía la niña, Dios...
La espera se nos hizo interminable. De pronto, un técnico nos vino a avisar de que era nuestro turno. Cada uno ocupó su sitio en el escenario; yo estaba al frente y veía a todo el mundo. ¡Horror! Me estaba quedando en blanco, notaba que mi voz me fallaría en cuanto abriese la boca, no iba a ser capaz de cantar...
El bajo de Bexx hizo retumbar el suelo. La guitarra de Ian comenzó a despertar de su sueño. Me tocaba, pero no podía, me había inundado el pánico.
Y de repente, la batería de Josh. Eso sólo quería decir una cosa, que yo ya había empezado a cantar. La tensión se fue de golpe al comprobar que todo estaba saliendo bien y que la gente estaba como loca con nosotros.
Entonces, entre esa multitud de caras indistinguibles, la vi, y me sonrió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario