viernes, 3 de enero de 2014

33.- Jake Carter: Y de nuevo, luz

La música a todo volumen evitó que oyera el timbre. Unos minutos antes había rechazado la proposición de Bexx de solucionar nuestras diferencias, pues ya había tenido suficiente con el mazazo de Ian y era más que claro que entre ella y yo nunca iba a haber entendimiento. Estúpida niña pija...
Llamaron a la puerta de mi habitación, eso sí lo oí, y por inercia respondí con un "¿Qué quieres? ¡Entra!", pensando que era mi padre. Sin embargo, cuando me di la vuelta, vi a la Barbie rubia a la que había rechazado antes, y ni siquiera fue capaz de gritarle para que se fuera debido a la sorpresa. Como la típica protagonista de los realities de niñas pijas que a veces ponían en la tele, Bexx parecía ser una muñeca a la que le habían elegido el conjunto cuidadosamente más que la bajista de The Bloody Hills que un día fue, y eso hizo que disminuyeran las ganas que tenía de aquella visita; supongo que al menos quería recordar esa imagen con la que un día llegó a parecerme hasta sexy.
- Te dije que no quería verte.- Conseguí articular al fin.
- Estoy harta de hacer lo que otros dicen. Mis padres, mi hermano, tú... ¡Harta!- Dijo elevando la voz. - Así que esta vez iba a hacer lo que yo quisiera.
- Pues has perdido el tiempo... Yo no tengo nada de qué hablar contigo..- Añadí mientras le daba la espalda para volver a caer en mi cama.
Pero Bexx no se movió, siguió ahí de pie, impasible.
- Puedes irte, no tengo nada que arreglar contigo.- Pensé que si se lo aclaraba lo entendería, pero tampoco fue el caso.- Vale, pues según tú, ¿qué se supone que tenemos que hablar?- Finalmente, ella ganó.
- ¿Por qué me odias?
Pregunta simple en su formulación pero difícil en su respuesta. En realidad no la odiaba, sólo que no quería a una chica en el grupo, porque siempre había problemas; además, el hecho de que su hermano también estuviera dentro era un problema doble. El día en que los aceptamos sabía que podría ocurrir algo malo, pero la verdad es que nunca pensé que pasaría lo que terminó sucediendo y que los Bloody Hills dejaran de existir, y supongo que eso hacía que me cayera aún peor.
- Te he preguntado algo.- Insistió cuando consideró que había expirado el tiempo pertinente de espera.
Respiré hondo. No sabía exactamente qué iba a decirle, pero algo tendría que salir de mi boca para no impacientar a la Barbie colección invierno.
- Como profesional no tengo queja de ti, es más, eres la mejor bajista que jamás podría haber soñado encontrar. Pero es que eres una chica...- Dios mío, le estaba contando la verdad. O había perdido capacidad inventiva o me había terminado de volver loco. O tal vez creía que ella merecía la verdad, después de todo.- Se lo que me vas a decir- Atajé cuando abrió la boca,- no te lo digo como algo machista, sino porque todos nosotros somos hombres y..., vale, con Josh no cometerías incesto, pero Ian y yo, ¿qué? Bexx, estás buena, por muy pija que seas, y nosotros no somos de piedra... Sobre todo Ian, por lo que se vio.
Se quedó estupefacta, con la boca abierta.
- ¿Me estás diciendo que todo esto ha sido porque tenías celos de Ian por haber estado conmigo? ¡¿Qué por eso hiciste que rompiéramos?!
- No, no- Me apresuré a decir mientras la sujetaba para que no me golpeara- A mí no me hacía gracia que salierais juntos, pero eso de momento no afectaba al grupo. Fue Josh quien me lo pidió porque estaba preocupado por ti, y yo... Bueno, no quería que al final vuestra relación sí afectara al grupo... Pero fue idea primera de tu hermano.
Debería haberla mentido. Según iba pronunciando aquellas palabras sus ojos se llenaban de lágrimas. Oír que una de las personas que más quieres provoque que todo tu mundo se ponga patas arriba no es fácil.
- Bexx, lo siento pero es así... Yo sólo...
- ¡Cállate! ¡Tú sólo piensas en tu estúpida banda! Te mereces que al final todo halla acabado.
Tenía razón, me merecía todo aquello. Pero, sin embargo, no lo veía justo porque lo único que quería era proteger mi sueño de la realidad, quería asegura mi billete de salida de toda esta mierda y comenzar una nueva vida. 
Abracé con fuerza a Bexx. Podía no mostrar mis sentimientos, pero sí que tenía, y verla en ese estado me estaba destrozando. Pensé qué podía decir para reconfortarla, a pesar de que siempre había sido pésimo con estas cosas. Sólo se me ocurrió un imposible, visto lo visto, pero en el que yo seguía creyendo:
- Todo volverá a ser como antes... Los Bloody Hills volverán y nuestra única preocupación será hacer buena música. Te lo prometo.
Bexx me abrazó aún más fuerte, como si yo fuera ese sueño incorpóreo materializado y no quisiera que se le escapase entre los dedos ahora que podía rozarlo de nuevo. En ese momento comprendí perfectamente por qué Ian se refería a ella como un ángel, pues incluso en aquel estado de ruptura interior, fue capaz de hacer un milagro: Mi móvil empezó a sonar con una melodía que creía que no volvería a oir,  Sympathy for de Devil de los Rolling Stone.
- Bexx, lo siento, tengo que contestar...
Me miró sin entender nada, pero yo tenía que coger esa llamada. Descolgúe sin saber qué decir exactamente:
- Ian...
- ¿Ián?- Repitió Bexx incrédula.
- En realidad sí que extraño a los Bloody Hills, Jake. Sigo pensando que has sido un maldito cabrón hijo de puta, pero necesito el grupo.
La emoción me embargó no sabía que decir. Por primera vez en meses al fin veía la luz. El final de este túnel era cercano y yo debía darme prisa en recoger del suelo los pedazos de mis billetes hacia un sueño.

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